Supongo que todos estaremos hartos de encontrarnos con alumnos que reinciden una y otra vez en comportamientos negativos y reprochables. En mi centro nos estamos planteando la eficacia de las sanciones como método de reeducación, pues en gran parte de los alumnos no funcionan. Sin embargo, tampoco se pueden pasar por alto determinadas actitudes. Creo que las sanciones deberían tener un fin educativo y ejemplicador, y no tanto como castigo.
No me resulta nada fácil decantarme por una opción en este caso.
Espero vuestros comentarios. Gracias
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